Chefchaouen se encuentra en la cordillera del Rif al norte de Marruecos. Este encantador pueblo conocido como “la perla azul de Marruecos” destaca por el color azul en el que los locales han pintado sus casas y calles. Cada vecino aporta un encanto diferente dando al pueblo un ambiente salido de cuento, convirtiendo su medina en una de las más hechizantes del norte del país.
Puedes comenzar paseando por la plaza de Outta el Hamman, corazón de la medina para luego continuar por su calles empedradas descubriendo plazas, tiendas de artesanías, alfombras, argán, en cada esquina o simplemente admirando sus mezquitas y el día a día de sus habitantes.
Si deseas puedes quedarte al menos una noche en este maravilloso lugar y una de las mejores opciones es hacerlo en un riad que es un alojamiento tradicional marroquí. Esta es otra experiencia que sí o sí tienes que vivir en Marruecos.
Chefchaouen fue creada por los refugiados judíos y musulmanes que escapaban de Granada, España y se instalaron aquí con sus tradiciones y costumbres. Hasta 1920 fue considerada Tierra Santa y estaba prohibído el ingreso de cualquier cristiano con pena de muerte.
Felizmente hoy nada de eso existe y al tratarse de un lugar que prácticamente vive del turismo, te encontrarás con personas muy amables, dispuestas siempre a ayudar, a enseñarte su arte, sus costumbres, siempre con una sonrisa y un poco de té de menta para compartir.
Aprovecha y compra algunos artículos como aceite de argán (en todas sus formas), alfombras, carteras hermosas tejidas en paja, bijoutería, especias, miel de abeja y mermelada de naranja que son cosas características del país.
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